Convento Franciscanos

La actual iglesia y convento de los Franciscanos de Cocentaina ocupa el espacio de una antigua ermita del siglo XIV dedicada a San Sebastián Mártir. En 1561 los frailes de la orden franciscana acondicionan el antiguo edificio y fundan el convento.

La edificación que ha pervivido hasta nuestros días tiene su origen a finales del siglo XVI, momento en el que se inicia la construcción de la iglesia siguiendo el diseño renacentista de los hermanos Andrés y Jaime Terol, bajo el patrocinio de los condes de Cocentaina. En 1604 terminan las obras entre las que se incluye la Tribuna de los Condes y su Panteón.

A partir de ese momento se llevaron a cabo diversas obras de reforma, tales como la ampliación de la capilla de la Tercera Orden, o del Santísimo Cristo, terminada en 1726, obra  atribuida al maestro de obras Tomás Peris.

 

La perfecta integración de los estilos renacentistas y barrocos se aprecia en las diversas estancias que se conservan en su interior. En su visita se puede contemplar la ornamentación barroca del presbiterio, la recién recuperada tribuna de los condes de Cocentaina con la representación del escudo de los condes integrados en un espacio de proporción renacentista, la pinturas murales del trasagrario del siglo XVIII y los lunetos del claustro en los que se representa la vida de San Francisco de Asís, obra del padre Antonio Vilanueva.

Posiblemente, como único testimonio de de la antigua ermita, se expone en la capilla la cruz gótica tallada en piedra del siglo XV, con una replica en la plaza del convento.